HABLAR CON LOS ADOLESCENTES SIN DRAMATIZAR
NI BANALIZAR
Es recomendable mantener una comunicación
fluida, SIN DRAMATIZAR NI BANALIZAR. Que se pueda hablar abiertamente sobre
casi todos los temas en un ambiente relajado y de aceptación.
Poniendo normas y límites, aceptando tener puntos de
vista diferentes. Saber que ambas posturas pueden ser legítimas. Es importante
mantener el vínculo a pesar de las diferencias
El respeto se logra con la congruencia
y la integridad
Ejercer la autoridad parental es
necesario al menos hasta la mayoría de edad.
Para que tus hijos tengan en cuenta lo
que les pides es necesario tener credibilidad como padre o madre. La
autoridad, se hace, se gana, se legitima.
Enséñales a tener criterio propio, a
pensar y decidir por sí mismos para que puedan resistirse a la presión de su
grupo de iguales cuando estos les reten. Para que sepa decir no cuando no
está de acuerdo
Aprovecha la capacidad de curiosidad de
tus hijos adolescentes, esos momentos en que busca información en Internet,
siéntate con él o ella, comenta esa información encontrada por ellos y añade la
documentación que tu tengas. Luego déjales reflexionar
El hecho de que muchos adolescentes
sólo sepan divertirse bebiendo previamente puede estar relacionado con el escaso
desarrollo de sus habilidades sociales y sus habilidades para
discernir lo que quieren hacer y lo que no quieren hacer.
Respecto al consumo de alcohol, es
importante que tengas en cuenta ese modo y moda de consumo que se ha
establecido: “mucho en poco tiempo”, denominado atracón o “binge
drinking”, sobre todo con las bebidas de alta graduación.
Es necesario explicar a los hijos el
riesgo de beber alcohol a edades tempranas. Los efectos neurológicos que
tiene esta moda de “atracón”. El deterioro de las funciones del raciocinio o
ejecutivas (concentración y atención, las de toma de decisiones, las de
planificación de nuestra vida a largo plazo).
Al inicio, beber alcohol puede hacerte
sentir esa euforia engañosa que cuando pasa te sumerge de nuevo en la realidad
y en las sensaciones depresoras posteriores del día siguiente.
Desinhibirse sin alcohol puede llegar a
ser incluso más divertido, pues cuentas con la consciencia plena de lo que haces y
puedes llegar a sentir la satisfacción de haber desarrollado el ingenio, la
espontaneidad, la creatividad y la inteligencia emocional