martes, 26 de mayo de 2015

La tolerancia y el tabaco.

31 de Mayo Día Mundial del Tabaquismo

La nicotina es una droga relajante, por eso a las personas que la consumen a través de los cigarrillos, les gusta fumar.

Como el resto de sustancias tóxicas que generan dependencia, la nicotina tiene el problema de la Tolerancia. Cuando el organismo se acostumbra a la dosis, se requiere mayor dosis para producir el mismo efecto. Algunos afortunados logran consumir dosis muy bajas de modo ocasional y por tanto no les afecta la tolerancia del tabaco.

Los menos afortunados pasan del consumo ocasional al consumo habitual y abusivo, hasta llegar a la dependencia. Cada persona interactúa con la sustancia de modo distinto. Unos tienen más afinidad que otros. Los factores de riesgo son bien distintos para cada persona y por tanto, unas personas tienen mayor dependencia que otros aun presentando perfiles parecidos de consumo.

¿Cómo explicamos que si la nicotina es una droga relajante, las personas que fuman estén nerviosas a partir de los 30 minutos de la última calada? Por la Tolerancia. Como hemos dicho anteriormente, cada vez es necesaria una dosis mayor para obtener el mismo efecto. 

Pero llega un momento en que el efecto relajante ya no se produce, y se inicia el síndrome de abstinencia. Esto sucede a partir de la media hora en que se ha consumido la última dosis. Sólo se puede paliar este síndrome, caracterizado por la ansiedad, volviendo a fumar. Es por este motivo que el tabaco es una de las drogas más adictivas. Cada media hora es necesaria una dosis.

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